jueves, 24 de septiembre de 2009

NUEVA VACUNA DEL SIDA

SOCIEDAD
Llega la primera vacuna contra el sida
El nuevo medicamento reduce el riesgo de infección sólo en un tercio, pero prueba que es viable un fármaco preventivo contra el VIH
25.09.09 -
Lograr una vacuna que proteja del virus del sida ya no es un sueño. En un momento en el que gran parte de la comunidad científica estaba a punto de tirar la toalla tras años de fracasos, una investigación realizada en Tailandia con más de 16.400 voluntarios ha devuelto una esperanza que parecía casi perdida. La llave para derrotar al virus la tiene una combinación de dos vacunas que, por separado, eran incapaces de prevenir el contagio, pero combinadas reducen el riesgo de infección en casi una tercera parte.
Esta investigación es mucho más que un paso significativo. «Es la primera vez, desde la identificación del VIH en 1983, que una vacuna demuestra cierta protección contra el virus del sida», aseguró ayer Anthony Fauci, director del Instituto de Alergia y Enfermedades Infecciosas, de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, y uno de los expertos que han participado en el ensayo clínico. Además de Fauci han colaborado científicos del Programa de Investigación del Sida del Ejército de Estados Unidos y del Ministerio de Sanidad de Tailandia.
La prueba de concepto
Aunque la protección alcanzada sea modesta, se trata de un gran avance. Para que una vacuna se considere eficaz debe superar el 70-80% de eficacia. Pero esta vez ni siquiera este dato resulta desalentador, porque cualquier protección frente al VIH se considera un triunfo. Sólo en el 2007 se diagnosticaron 2,5 millones de nuevos casos en todo el mundo. Con esta vacuna se hubieran podido evitar casi 800.000 infecciones. Y, sobre todo, porque «por primera vez tenemos la prueba de concepto, la demostración de que es posible desarrollar una vacuna de forma eficaz y segura, aunque ésta no sea la definitiva», valoró ayer José María Gatell, responsable de la Unidad de Enfermedades Infecciosas y Sida del Hospital Clínic de Barcelona y ex presidente de la Sociedad Europea de Sida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa de la ONU contra el Sida reaccionaron ayer con «optimismo» al anuncio, en un comunicado conjunto difundido en Ginebra. Las dos agencias, al igual que con la comunidad científica, se mostraron esperanzados, aunque pidieron cautela. «Tenemos delante una gran tarea para analizar los datos del estudio, entender los mecanismos de proyección, su duración y planificar el próximo paso».
La vacuna, que comenzó a probarse en el 2006, es conocida como RV144 y mezcla dos fórmulas genéticas contra el sida que no habían funcionado por separado: Alvac, del laboratorio Sanofi-Pasteur, y Aidsvax, creada por VaxGen y actualmente propiedad de una ONG, Global Solutions for Infectious Diseases. Con el nuevo fármaco se inoculó a 16.402 voluntarios heterosexuales. La mitad de los voluntarios, hombres y mujeres de entre 18 y 30 años, recibieron la vacuna RV144 y la otra mitad un placebo (una sustancia inocua sin valor terapéutico directo). Los ensayos demostraron que 74 personas tratadas con placebo se contagiaron de sida, frente a 51 del grupo de las tratadas con RV144, una diferencia pequeña, aunque estadísticamente significativa.
Las cifras del sida son abrumadoras: hay 33,2 millones de personas infectadas y la pandemia crece a un ritmo de más de 2,5 millones de nuevos casos. «En tanto no se tenga otra vacuna más eficaz, al menos reduciríamos en un tercio el número de nuevas infecciones y evitaríamos que éstos infecten a otras personas; cortaríamos la curva de transmisión», afirma Juan Carlos Bernaldo de Quirós, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Gregorio Marañón.
Un proyecto criticado
El éxito de la vacuna llega en una encrucijada crítica, cuando numerosas voces abogaban por arrancar de cero. Los propios descubridores del virus del sida, como la premio nobel de Medicina François Barré-Sinoussi, habían pedido que la investigación volviera a los laboratorios tras presenciar sonados fracasos clínicos. Luc Montagnier decía sin titubear que buscar una vacuna contra el sida «era tirar el dinero a la basura».
De hecho, este proyecto ahora aplaudido despertó grandes críticas. Fue tachado de «poco ético» y visto como una forma de desperdiciar dinero. «Yo mismo, como otros, no pensé que la vacuna tuviera muchas posibilidades de que resultara eficaz, pero seguimos adelante», confesó ayer Anthony Fauci.
El ensayo clínico de Tailandia es el punto de partida para relanzar la investigación en vacunas. La mayoría de los expertos no creen que el fármaco probado sea el definitivo. La puerta se ha abierto y aún quedan muchas dudas por resolver, como saber si la vacuna testada será universal.
El VIH es escurridizo y muta de manera diferente según la genética dominante de cada zona del planeta. Eso quiere decir que una vacuna eficaz en Asia quizá no lo sea tanto en África o en Europa. «Tampoco sabemos si con la protección merecerá la pena vacunar de forma generalizada. Puede que sea más rentable en países en vías de desarrollo, sin acceso a tratamientos antirretrovirales», advierte Juan Carlos Bernaldo de Quirós, coordinador de un ensayo clínico en España de la primera vacuna contra el sida de desarrollo español.

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