lunes, 23 de noviembre de 2009

casarse?

CASARSE?

El matrimonio, cuestionado por los movimientos de liberación sexual de los sesenta, entre los que estaba el de gays y lesbianas junto con el feminista, ha pasado en la actualidad al primer plano de la reivindicación por los derechos de los homosexuales. ¿Motivo? Las bodas civiles entre personas de un mismo sexo no son legales. La Federación Estatal de Gays, Lesbianas y Transexuales (FELGT) inició en octubre de 2003 una proceso judicial para promover el reconocimiento de este derecho alegando discriminación por opción sexual. En Canadá ésta fue la vía de su reconocimiento. En noviembre de 2003 el Tribunal Supremo del Estado de Massachusetts (EE.UU) se pronunció en contra de la prohibición de los matrimonios entre gays o lesbianas, y emplazó a las instituciones norteamericanas a regular esta situación. Tan solo horas después el presidente de los EEUU, George Bush, afirmó que "el matrimonio es una institución sagrada entre un hombre y una mujer” y que trabajaría “para proteger la santidad del matrimonio”.
Pero el matrimonio representa más que una reivindicación de igualdad, sobretodo si uno de los miembros de la pareja tiene hijos, sean biológicos o adoptados. Un gay o una lesbiana puede adoptar como persona soltera, pero no como pareja. Muchos gays y lesbianas ya utilizan esta fórmula para poder adoptar, ocultando su condición sexual y a su pareja a efectos legales. Las lesbianas utilizan más habitualmente la inseminación artificial para tener hijos, el único problema legal es que a su pareja no se le reconoce ningún derecho sobre el menor. También algunos gays en Estados Unidos optan por las madres de alquiler para tener un hijo biológico, aunque sus parejas tampoco tienen derechos sobre el niño. Además, existe una realidad de padres homosexuales que tienen hijos procedentes de anteriores relaciones heterosexuales.


Matrimonio con hijos
Vicent Canet

El matrimonio homosexual
Para Ximo Cádiz del Col·lectiu Lambda de Valencia, el matrimonio y la familia son conceptos en transformación. “No somos los gays los únicos que estamos en este cambio: también las mujeres y hombres separados, divorciados, las familias monoparentales, la familias reconstituidas, las compuestas por hija, madre y abuela. Entre todos podemos romper con la excluyente tradición católica alrededor de la familia”, añade Ximo. En los sesenta los movimientos de liberación sexual cuestionaron el matrimonio y la familia por machista, autoritaria y homófoba. Esto, con los años, ha posibilitado el reconocimiento de realidades que siempre han existido (madres solteras, padres y madres homosexuales...) y que la moral oficial nunca había aceptado.
La gran mayoría del asociacionismo gay apoya el derecho al matrimonio y a la adopción. Existen otros sectores ligados a las teorías queer y al feminismo radical que optan por la abolición del matrimonio civil, tanto para heterosexuales como para homosexuales, porque lo consideran una institución machista, homófoba y que coarta la libertad sexual del individuo. Otros muestran su rechazo porque consideran que los gays disponen de propios modelos de relaciones afectivas y que no necesitan imitar las de los heterosexuales. Desde Bolo Bolo, su presidente, Javier Fernández, nos expone que “no se trata de tener que imitar clónicamente los roles tradicionales heterosexuales, sino de poder optar a ellos o no según la decisión de cada cual”. Para Albert Barberà, secretario general de la Coordinadora Gay Lesbiana de Catalunya el matrimonio es sólo un contrato que conlleva unos derechos y obligaciones. “Los roles que se les otorga a las personas que se casan dependen de la sociedad y no son inherentes al contrato”. Además, resalta el significado de compromiso, de vida en común y visibilidad pública que tiene para un sector de los gays.
La mayoría de las asociaciones coinciden en pensar que los gays y lesbianas quieren disponer de este derecho, otra cosa es que sea una minoría el que lo ejercite, pero el derecho es cuestión de igualdad. “La reforma de dicha ley orgánica no va a suponer una avalancha de solicitudes de este tipo de parejas. Reivindicamos el matrimonio para dos personas del mismo sexo para, a renglón seguido, manifestar que no es nuestra intención ejercer este derecho” comenta Pablo Morterero, secretario de formación de COLEGA-Andalucía. “La opción de contraer matrimonio es y debe ser una opción personal, y hoy en día no es ni siquiera una posibilidad” apunta David Montero, coordinador de Geithu, de Euskadi. Desde el Servicio de Información telefónico Les-Gai de la Fundación Triángulo, afirman recibir muchas consultas de parejas que buscan métodos alternativos para conseguir los derechos que se les niegan por no estar casados. Porque hay algo que sí está claro: el matrimonio da acceso a determinados derechos de carácter patrimonial, fiscal, viudedad, declaración conjunta, derecho de alimentos, derecho a herencia, poder de decisión en caso de enfermedad, etc., que no se consiguen a través de las leyes de pareja vigentes.

Campaña de la FELGT
La FELGT inició en octubre de 2003 una campaña para el reconocimiento del derecho al matrimonio de los homosexuales, en el que varias parejas de gays y lesbianas de Madrid y Valencia interpusieron demandas judiciales en contra de la discriminación por orientación sexual. Están dispuestos a llevar esta iniciativa hasta el Tribunal Constitucional. Para ellos sería una victoria si la resolución afirmase que basta con modificar el Código Civil. Si el tribunal denegase la demanda, se postularía por la reforma de la Constitución. De hecho existen precedentes como Canadá, Hawai o recientemente Massachussets, donde fueron los tribunales los que plantearon al poder legislativo la inexistencia de base legal para prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La FELGT defiende su iniciativa judicial, consultada antes con juristas constitucionalistas, por la política de bloqueo sistemático que ejerce el PP sobre el tema en el Congreso de los Diputados. Una política que no sólo afecta al parlamento español, sino que el PP extiende a todas las instituciones recurriendo ante tribunales las leyes de parejas de hecho autonómicas que reconocen el derecho de adopción. Ponentes de la Constitución, como Jordi Solé Tura o Miquel Roca, afirman que no hay ningún impedimento en la carta magna, ya que su artículo 32 reconoce el derecho del hombre y la mujer al matrimonio, sin especificar que tenga que ser entre personas de distinto sexo.
Desde todas las asociaciones entrevistadas se valora positivamente la acción de la FELGT. “Me parece una campaña interesante a nivel mediático, con una gran repercusión. Pero me preocupa que el Tribunal Constitucional pueda declarar la inconstitucionalidad del matrimonio homosexual porque sería un freno importante”, afirma Albert Barberà. Una postura que se comparte desde COLEGA y la Fundación Triángulo, que no ven nada claro que la decisión del tribunal sea favorable al colectivo.
La otra vía, la de los cambios legislativos, está bloqueada por la mayoría absoluta del PP. De hecho en 2001 y 2003 la oposición ha presentado varios proyectos de ley para reconocer el matrimonio y la adopción por parejas homosexuales que el PP ha denegado. Para Pablo Morterero, el modelo ideal para desbloquear la situación sería el practicado en Holanda, basado en la colaboración con los partidos políticos, por el que se establecen alianzas entre las izquierdas y los sectores liberales que en España representan PP, CIU y PNV. Y ponen como ejemplo de esta estrategia la Ley de parejas de hecho aprobada en Andalucía con el beneplácito del Partido Popular. El apoyo social en España al matrimonio entre personas homosexuales es mayoritario, con un 70%, y un 60% es también favorable a la adopción.
Aunque está claro que la aprobación del matrimonio no acabará con la homofobia social, todas las asociaciones entrevistadas valoran que será un paso importante. “Supone abrir un debate que no se circunscribe a esos dos aspectos sino que es más amplio y plantea qué es ser gay o lesbiana desde una perspectiva nueva, más normalizadora e integradora en el conjunto social. Por algo la Iglesia y otras fuerzas reaccionarias lo atacan con tanta virulencia”, afirma José Manuel González, coordinador de XEGA. En los países nórdicos y Holanda, con una democracia muy consolidada, alto nivel de bienestar social y unas sociedades más liberales, estos derechos ya están reconocidos. Como ejemplo, el caso del ministro de Economía noruego, Per-Kristian Foss, de un partido de derechas, que se casó con su compañero ejerciendo el derecho al matrimonio que tienen los gays en aquel país.

La adopción
Las familias con madres lesbianas o padres gays, se crean a partir de múltiples realidades: de anteriores relaciones heterosexuales, vía adopción y por inseminación artificial. Todas las posibilidades plantean el mismo problema, el reconocimiento de los derechos de la pareja del que adopta o es progenitor sobre el niño. “No conviene olvidar que las lesbianas pueden ser madres biológicas sin demasiadas dificultades, y en tal caso, si viven en pareja, lo que se tiene que reconocer es la adopción por parte de su compañera”, explica José Manuel González. Existen grupos de padres y madres homosexuales en COGAM y GEITHU, que se han creado para defender sus derechos y compartir experiencias. Beatriz Gimeno, presidenta de la FELGT, nos comenta que los padres y madres homosexuales luchan para que sus hijos tengan los mismos derechos que los demás. Marc y Didier de Barcelona son pareja desde hace ocho años y optaron por la adopción. Sabedores de la imposibilidad legal de hacerlo como pareja fue Marc quien como padre soltero lo intentó. Ellos querían un niño extranjero y en este caso depende del convenio que se tenga con el país de origen. En algunos casos pueden adoptar matrimonios, madres o padres solteros. Pocos países permiten la adopción a hombres solos, y el que tuvieron como primera elección les cerró las puertas ante su petición por la sospecha de que fueran homosexuales. Actualmente siguen en trámites con la adminitración de Brasil, donde no han tenido ningún problema. “El proceso en sí es rápido”, afirma Marc. Comenzaron el papeleo en febrero y se muestran ilusionados, el único gran inconveniente son los gastos, cerca de 9.000 euros. Los encargados de evaluar sus posibilidades como padre conocen su homosexualidad, pero no consta en los trámites. Para poder acceder a la adopción, los gays tienen que ocultar su condición sexual.

El estudio “El Desarrollo infantil y adolescente en familias homoparentales”
Cuando Alberto Ruiz Gallardón fue presidente de la Comunidad de Madrid se comprometió a conceder el derecho de adopción a las parejas homosexuales. Antes pretendía que se determinara científicamente si esta posibilidad podría afectar al desarrollo del niño y dependiendo del resultado de un estudio, se otorgaría el derecho. Un planteamiento que guarda en sí una sutil homofobia, evidente si se compara con la declaración de la igualdad racial o el derecho de voto de la mujer, que en ningún caso estuvieron sometidos a un examen científico.
Pese a ello, COGAM aceptó la oferta, en aras del compromiso y la posibilidad de que se concediera el derecho, y para, con el informe en la mano, acallar a todos los detractores de la adopción por parte de homosexuales. El estudio fue encargado por la Junta de Andalucía y la Oficina del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid y llevado a cabo por el equipo de Mar González, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla. Los resultados concluyeron que no había ninguna diferencia entre que un niño se educara entre gays que entre heterosexuales. Pero Gallardón eludió su compromiso e hizo oídos sordos al informe, que el PP ha dejado en el olvido. Sólo el asociacionismo gay y las revistas gays se hicieron eco del estudio.
“El Desarrollo infantil y adolescente en familias homoparentales” es el único informe sobre desarrollo infantil y adolescente en familias homoparentales realizado hasta ahora en España (existen similares en EEUU, Canadá, Suecia y Holanda) y se puede encontrar completo en la web www.colectivolambda.com. El informe pretendía estudiar cómo desempeñan gays y lesbianas sus funciones de padres, cómo se desarrolla el ambiente educativo de los hijos y si ocasiona algún tipo de problema de integración o discriminación. Fueron estudiadas 28 familias, 21 de lesbianas y siete de gays, dándose quince casos de hijos de anteriores relaciones heterosexuales, cinco por inseminación artificial, cinco adopciones y tres de familias donde los padres no tienen la custodia, pero eran sus padres efectivos. La única diferencia notable encontrada entre familias homo y heteroparentales fue que los hijos de las primeras mostraban mayor flexibilidad en los roles de género y mayor aceptación de la homosexualidad. Después de este estudio, para el Colectivo Lambda ya no quedan más excusas: “El bienestar de los hijos e hijas de las familias homoparentales está siendo socavado por la discriminación legal del gobierno del PP, que al no reconocer la plena igualdad condena a los menores a la desprotección”.

Destacados:
Según un estudio de la Universidad de Sevilla, la única diferencia entre hijos criados por homosexuales y heterosexuales es su mayor aceptación con el hecho homosexual y más flexibilidad con los roles de genero.

Ante el bloqueo del PP a la aprobación del matrimonio y la adopción en el Parlamento, la FELGT ha optado por llevar a los tribunales esta discriminación


SENTENCIAS HISTORICAS:

Por primera vez en los EEUU se abre la puerta para legalizar los matrimonios homosexuales, prohibidos hasta la fecha de hoy. Sólo el Estado de Vermont permite las uniones civiles entre personas del mismo sexo, equiparándolas a los matrimonios civiles heterosexuales. Mientras que en California y Hawai existen leyes que contemplan ciertos derechos y beneficios.
Esta apertura se debe a las transcendentales sentencias emitidas por tribunales estadounidenses. Por una parte, el Tribunal Supremo de Massachusetts dictó sentencia estableciendo que el Estado no podía negar a las parejas de gays y lesbianas su derecho a casarse otorgando un plazo de 180 días al legislador para cambiar la ley. El Alto Tribunal no pudo identificar ninguna razón para negar las uniones civiles entre parejas del mismo sexo.
Por otra parte, el máximo tribunal de EEUU, el Tribunal Supremo, anuló las leyes contra la sodomía que consideraban un delito que personas del mismo sexo realizaran actos sexuales “desviados”. Por seis votos a favor y tres en contra, falló que las leyes violaban los derechos constitucionales a la intimidad.
Ambas decisiones constituyen una victoria para todos los homosexuales, al haber desmantelado los argumentos legales que permitían hacer distinción entre uniones heterosexuales y homosexuales.
A pesar de este paso tan importante debemos seguir luchando contra los argumentos que defienden “el matrimonio civil para formar una familia y preservar la especie humana”. Todavía hay mucho camino por recorrer.

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